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Una holandesa en América
Este libro es el resultado de una vida llena de cambios, de viajes, migraciones. Leerlo es atravesar los caminos del tiempo del mundo exterior e interior de una persona que encuentra sus razones de ser a pesar de, y gracias a, las turbulencias del trayecto.
Por supuesto, esto no podría ser así si Soledad Acosta de Samper no hubiera atravesado esos mismos caminos ella misma. En tiempo muy distinto al nuestro, esta autora hizo, escribió y vivió una historia personal apasaionante, con un sentido de compromiso con la escritura, la denuncia social y la reflexión cultural que deja fuera de lugar los discursos de hoy en día.
Queremos que conozcas más a fondo la figura y el trabajo de Acosta de Samper. A través de un recuento por sus viajes y su escritura hacemos de puente para que su legado siga acortando distancias.
Escribir el viaje, representar verbalmente la migración… La escritura de viajes tiene dos niveles: el que deja constancia del desplazamiento que se realiza y, el segundo y más profundo, el que refleja los cambios que produce el encuentro con otra gente, otro mundo distinto al que te rodea y al que llevas en tu interior. Desde su origen hasta hoy, la literatura de viajes ha sido el tipo de escritura que permite trazar puentes entre personas, entendiendo al viajero como alguien dispuesto a entablar conexiones con nuevos entornos.
Soledad Acosta de Samper fue una escritora bogotana que viajó por el mundo desde su nacimiento, trazando desde pequeña una identidad migratoria: su familia se radicó a Europa cuando era una niña; regresaron a Colombia por la Revolución francesa del 48; volvió con su madre a París en el 58, habiendo fallecido el padre en el 52. Estos viajes, a pesar de suponer para la autora una imposibilidad de arraigo a un único lugar, supusieron el florecimiento de una voz literaria dotada de una visión humanística y social singular. Acosta de Samper plasmó en unas hojas, que luego serían conocidas como sus Álbumes de viaje, su movimiento por el mundo. A esta necesidad de escribir el desarraigo, el choque entre culturas, le acompaña la escritura del mundo interior, la anotación del lado más afectivo de la escritora, como lo fue el caso de sus álbumes, que compuso junto a su esposo, José María Samper, y, por ende, es en esa lectura donde se perciben algunos retazos de su vida de noviazgo y de matrimonio.
Leer los relatos de viajes de Soledad Acosta de Samper significa recrearse sus memorias, traer al presente las imágenes y las reflexiones que hace en Recuerdos en Suiza (1859) y Recuerdos de Europa (1860), Viaje a España (1892), Peregrinaciones en Francia (1898 - 1899)... El lector que se sumerja en los álbumes de la escritora verá páginas con postales de los lugares visitados, anotaciones manuscritas, es decir, se transportará en su lectura a la vida de viajes de Acosta de Samper.
El periplo de Acosta Samper dejó una huella en su mundo interno, intelectual y emocional. Su estilo narrativo varía radicalmente según las etapas de su vida en que las escribió. Peregrinaciones en Francia (1898 - 1899), por ejemplo, tiene una temática religiosa y una estructura propia de un libro de historia (con fechas y lugares), pero tiene una narración cargada de poesía, con un imaginario lírico:
“Sin embargo, los árboles frutales se inclinaban casi hasta el suelo, agobiados por el peso de las frutas, que en este año han sido abundantísimas. Pasámos por la estación de CHOISY-LE-ROI, lugar tristemente célebre en la época de Luis XV [...]”
(Peregrinaciones en Francia, I, La ciudad de Tours).
En otro momento pasado de su vida, en 1888, muere su marido, y a ello le sigue la muerte de dos de sus cuatro hijas. A partir de entonces, la escritora se instaló en París y desde allí viajó a España, en compañía de su hija menor. Fue en esa estancia donde escribió Viaje a España, su narración más objetiva e impersonal. Es en esta libro donde la autora se revela como viajera-escritora erudita, conocedora de la historia local, de los acontecimientos históricos de la patria extranjera que resuenan en ella:
“Me parecía soñar cuando resonaban en mi oído esos nombres históricos que evocaban tantos hechos magnos de nuestros antepasados” [I, 104].
Para Acosta de Samper la historia es “una ciencia que cada día debe considerarse más importante, no solamente porque registra los hechos pasados sino porque es la clave de los hechos presentes” [I, 217]. La escritura de viajes se convierte en una reflexión para la autora, la toma de conciencia sobre cuestiones humanas y personales.
Por último, Acosta de Samper hiló sus viajes y su exploración personal a la revisión de su propia cultura, lo que la llevó a cuestionarse el lugar que ella y las mujeres de su cultura ocupaban en su territorio. Con ello escribió Novelas y cuadros de la vida sudamericana (1869), una novela inscrita en la literatura del siglo XIX que supone un gran aporte a la historia cultural colombiana del siglo XIX. Novelas y cuadros de la vida sudamericana da cuenta del pensamiento de su época, especialmente del que se entendía que era el papel de la mujer en la sociedad. Las reflexiones sobre la mujer son un tópico recurrente en la obra de Acosta de Samper y, en esta creación literaria, el lector entiende el papel de la escritora como pionera en su presente sobre las ideas de su tiempo.
*Todos los títulos mencionados en este artículo dirigen a su archivo en la Biblioteca Digital Soledad Acosta de Samper.
En Editorial Graviola creemos que un libro debe ir más allá del punto final.